Sector Alarm España opiniones

Lo vi en la feria del barrio y lo recomendé a una amiga. Llegaron puntuales, la atención fue cercana, instalación sin lío. Estoy tranquila.

Los vi en redes y casi no me convencían; alguien me lo recomendó. Al final técnicos resolvieron todo, satisfecho, sí.

Estaba dudando, pensando si valdría la pena; la instalación fue rápida, la incidencia la arreglaron en un rato, ya estoy tranquilo, lo recomiendo mucho.

Al principio dudaba, ya había tenido experiencias malas con otras empresas, pero cuando Elena me explicó con calma y confirmó la visita técnica supe que iba a salir bien. No lo arregló ella misma, sí, pero la organización y el seguimiento me dejaron satisfecho.

por normativa los pusieron en sitios menos intuitivos y yo los tendría movidos, movidos. Aun así estoy contento porque funciona bien y el trato fue bueno; da tranquilidad, aunque ese detalle me deja con sentimientos encontrados. Lo recomiendo con reservas.

varias tiendas y casas necesitaban un sistema fiable, había que evitar más falsas alarmas y que alguien se ocupara del CCTV —teníamos mala experiencia con instalaciones anteriores—. Cuando nos migraron de Protelec a Sector Alarm ya empecé con dudas; era un cambio que no pedimos del todo y lo noté desde el principio. Los técnicos venían desde lejos, llegaban tarde a las tiendas y casi nunca se ajustaban a los horarios de apertura; entiendo desplazamientos, pero perdíamos horas de venta porque no podían terminar antes del cierre. Nos cambiaron cableado por radio y ahí fue cuando empecé a poner cara, porque el sistema daba problemas prácticamente a diario: sensores que se quedaban sin pila, detectores de apertura que no respondían, y ningún interés real por integrar el CCTV o colocar una sirena exterior. Los volumétricos cubrían más ángulo del que debían y acabábamos con un montón de falsas alarmas; en una revisión interna decidieron añadir más sensores y aquello fue el colmo, saltaba cada vez que pasaba alguien por la calle. Total, estrés, llamadas y correos. Lo mejor de todo es que al final no me quedé en ese punto: por suerte apareció Prosegur, que conocía el tema de otros clientes, nos abonó la penalización que nos habían aplicado y rehizo las instalaciones con un sistema mucho más serio en tiendas y viviendas. No voy a decir que todo fue perfecto, pero mis dudas iniciales —¿mejorará esto? ¿merece la pena el lío?— se disiparon bastante después de que nos dejaran todo funcionando y con menos sustos. Lo cuento por si alguien más está obligado a cambiar y quiere evitar el mismo viaje.