Cuenta Inteligente Evo opiniones

tocas botones, pones datos, y nada. Llamadas, correos, máquinas que repiten lo mismo... terminé hablando con grabaciones. Tenía poca pasta en esa cuenta, suerte mía, pero la impotencia fue grande. Solo quería cerrar la cuenta y recuperar lo mío. No hay forma de localizar a un humano que te entienda. Consejo: si os mudáis, llevad paciencia y apuntad cada número. Si alguien sabe un truco, decidmelo. Por ahora, mala experiencia que me pesa.

el agente dijo “ya está” y se me aflojó algo que llevaba tiempo tenso. No voy a negar que antes fue un caos —alertas que no llegaban, intentos de poner un segundo titular que no funcionaban, colgados en el teléfono con el robot ese—, pero ese momento en que al fin solucionaron lo importante me dejó contento, o al menos aliviado. No todo ha cambiado para bien, siguen faltando cosas y la atención tiene sus peores días, pero ya sé que, si eres pesado y llamas lo suficiente, hay salida. Mi consejo: no te rindas, pide hablar con alguien concreto y sé claro.

Salí del cajero y me di cuenta de que faltaba dinero; me quedé un buen rato contando y nada, el cajero de la Caja Rural entregó menos. Evo no tiene cajeros propios y la entidad que sí los gestiona (la Rural) se lava las manos, así que empieza el lío. La app te obliga a abrir una incidencia y subir una hoja de reclamación que no te indican dónde conseguir; intenté adjuntar mi escrito y me respondieron con un correo tipo diciéndome que la documentación no era válida. Me avisaron que tardaría mucho en resolverse. La cuenta funciona y la app sirve para iniciar trámites, pero el trato y la falta de claridad son mejorables. Estoy tramitando el cambio de banco.

por fin me explicaron el proceso, verificaron lo que hacía falta y organizaron la transferencia. No fue bonito, hubo contradicciones y espera, y repetí cosas, pero al final recuperé el acceso y pude pagar lo urgente. Quedé escéptico al principio y luego aliviado; no perfecto, pero cumplió cuando importaba.

tras insistir y, al final, hablar con un agente que sí se puso las pilas, me desbloquearon la cuenta y me explicaron otra vía para mover el dinero sin depender del reconocimiento. No fue perfecto ni bonito, me costó paciencia, pero en ese instante supe que no era un desastre total —me resolvieron lo que necesitaba y me dejaron con la sensación de haber recuperado control. Sigo pensando que el servicio podría ser más humano y la app pulida, pero agradecí que al final hubiera alguien que supo ayudar. Se lo conté a la compañera que me lo recomendó, y ahora le digo “sí, funciona, pero ojo con el lío si algo falla”.

la comunicación es lenta, y no deberían bloquear sin avisar, pero la solución provisional me salvó la noche. No perfecto, pero al final cumplió.