Deichmann opiniones

los estrené paseando media hora y al final estaba medio arrepentido, no me resultaron cómodos, pensé que era cosa de talla pero no, nada. Contacté con atención al cliente para cambiar o devolver y la experiencia fue tibia: por teléfono insistían en vender plantillas, sprays y un "tratamiento" como si sin eso no se pudiera andar. Volví a la tienda y la dependienta parecía molesta, poca paciencia y cero ganas de ayudar. Un punto positivo inesperado: el paquete venía con una notita manuscrita y el embalaje era sencillo pero cuidado, cosa que agradecí. En resumen, entrega rapidísima, producto flojo y servicio al cliente bastante decepcionante.

no volveré a comprar aquí. Pedí unas zapatillas como regalo y al recibir el paquete la caja ponía la talla que pedí, pero al abrir estaban más grandes. Pues nada, llamé y fue un desastre: tuve que colgar y volver a llamar varias veces, me atendieron tarde y con poca solución. Me sugirieron ir a una tienda a 50 km para cambiar, y encima me decían que ahí costaban 69,99 en lugar de los 49,99 que pagué. No tiene sentido: si el error fue de ellos, ¿por qué tengo que pagar yo o desplazarme tanto? Me fastidió el regalo de Reyes, vaya, por algo que no fue culpa mía. La zapatilla en sí parecía bien hecha, eso sí, pero la gestión fue lamentable. Ahora estoy esperando que recojan el paquete y me reembolsen; veremos cuánto tarda y cómo queda. Consejo para quien lea esto: revisad todo al recibir y guardad pruebas, insistid en recogida a domicilio si pasa algo. En fin, podrían mejorar mucho la atención y las soluciones, y entonces lo pensaría dos veces antes de volver.

volvería a comprar en esa tienda, pero no sin tener en cuenta lo que pasó antes. Compré estas botas para mi mujer porque camina mucho y tiene algo de dolor de espalda, así que necesitábamos algo cómodo y duradero (era un regalo en enero de 2024). Pues bien, casi al final del año una suela empezó a rajarse y en cuestión de días se abrió del todo. Molesto, sí, porque esperas más de un calzado pensado para aguantar. Volvimos a la misma tienda en Parque Corredor de Torrejón y, sin planearlo, al comentárselo a la dependienta sobre lo que pasó con las anteriores, la chica buscó el ticket por la fecha del cargo en la tarjeta y listo: recogió las botas rotas y nos reembolsaron íntegramente, después de casi un año. Fue un alivio (y una sorpresa agradable), no tanto porque sea su obligación, sino porque en cadenas grandes esto no suele pasar así de fácil. No digo que todo sea perfecto: hubiera preferido que la suela aguantara más tiempo, claro, y por eso lo menciono. Aun así, el trato fue correcto, cercano y rápido; se veía que confían en lo que venden. Resultado: tienen cliente asegurado para próximas compras de calzado, pero pondré ojo al modelo que cojo. Agradecido por la atención, repito, con unas reservas importantes sobre la durabilidad.

buen precio y cosas prácticas, ya sabes. La tienda tenía lo esperado, ordenada y con opciones, pero enseguida noté a una dependienta de mal humor; cara de pocos amigos al entrar y ya me puse en guardia. Seguí mirando, por probar, y cuando pregunté por un par se metió en medio de la conversación que mi compañera tenía con otra empleada. Interrumpió, habló alto, y más tarde la vi levantar la voz contra esa compañera; no era justificable.

cómodos, con buena suela, y encima había oferta, así que contentos, en serio. Entonces pasó lo raro: la niña, que no para quieta, salió con un muñeco de 8€ en la mano; mi mujer fue corriendo y lo devolvió al momento. Ahí la encargada se puso bastante seria, muy brusca, y nos pidió que esperáramos a seguridad como si fuéramos a robar; fue un momento incómodo, no voy a negarlo. Había tensión, sí, pero algo que me sorprendió para bien fue la actitud del vigilante: llegó tranquilo, habló con respeto y dejó claro que entendía la situación —eso calmó todo—. Al final no quisimos seguir con la compra en ese instante por el mal rollo, pedimos la hoja de reclamaciones y explicamos lo ocurrido. No voy a decir que todo fue perfecto, la encargada sí estuvo a la defensiva y eso fastidió la experiencia, porque el resto del personal y el producto en sí me habían dejado buena impresión. Me fui con sentimientos encontrados: los zapatos eran mejores de lo que esperaba y el precio justo, pero la forma en que se gestionó lo del muñeco fue un fallo. Probablemente vuelva, con otra hora y tal vez otra persona en caja, porque los zapatos merecen la pena y la atención de seguridad me mostró que saben actuar con cabeza cuando hace falta.

al levantarse, se golpeó con una estantería móvil que habían dejado pegada al taburete. No se veía, de verdad, estaba literalmente al borde del asiento. Resultado, un golpe en la frente y cortes que nos obligaron a salir corriendo al hospital. Lo que más me mosqueó no fue solo el dolor (que también), sino que aquello era evitable: una cesta con puntas, jaulas metálicas que bloqueaban el paso, todo colocado de forma que ni una silla de ruedas cabía bien por el pasillo.
Tomé fotos y vídeo en el momento, porque pensé que luego dirían “no pasó nada”. Avisé a la encargada y su respuesta fue muy fría: me dijo que ella solo hace lo que le mandan. Las trabajadoras, por otro lado, me dieron la razón, dijeron que aquello no debía estar ahí y que lo comunicarían. Vamos, excusas y nada de actuación inmediata cuando había peligro claro delante de ellos. Al día siguiente puse la reclamación formal porque necesitábamos dejar constancia y porque, sinceramente, si le llega a dar en un ojo la cosa habría sido peor.
Curioso también: antes había pedido unas zapatillas por internet en esa misma franquicia y la entrega llegó puntual y sin problemas; eso me deja una sensación a dos voces: la logística funciona, la compra online va bien, pero la atención en tienda y la gestión de seguridad falla cuando hace falta. Le conté todo esto a la amiga que me lo recomendó —por si alguien piensa llevar a peques— y ella se quedó igual de sorprendida.
Estoy expectante a ver qué movimiento hacen ahora; la encargada dijo que lo comunicaría y bueno, espero que lo reubiquen y que sirva para que no vuelva a pasarle a otro crío. Con todo, valoro la rapidez de entrega en pedidos online, pero la experiencia en tienda y la respuesta del responsable dejaron mucho que desear. Me quedo con el susto, unas fotos y la esperanza de que tomen medidas reales.

Compré un par de zapatos y vi un chandal, lo cogí.. y al ir a devolverlo a la tienda me dijeron que ropa no aceptaban. La devolución me ha costado la mitad de lo que pagué por el chandal, todo era facilidades de devolución, hasta que di con la letra pequeña que la ropa no se podia devolver en tienda. No volvere a comprar jamas.

Hace tres semanas, adquirí un par de zapatos de la marca Memphis, a pesar de mi inicial incertidumbre debido a mi falta de conocimiento sobre la marca y su calidad. Sin embargo, hasta ahora, no tengo ninguna queja sobre mi compra, ya que estos zapatos resultaron ser cómodos para caminar.
Lo que realmente quiero destacar es la experiencia excepcional que tuve gracias a la atención de la gerente de la tienda, Viviana. Ella fue encantadora, amable y muy profesional. Me proporcionó información detallada sobre las ventajas y desventajas de los diferentes estilos de zapatos, lo que me ayudó a tomar una decisión segura.
La calidad del servicio brindado por Viviana en la tienda Deichmann en Plenilunio, Madrid, fue fundamental para que me sintiera satisfecho con mi compra. Su asistencia hizo que la experiencia fuera memorable y me brindó la confianza necesaria para elegir estos zapatos. ¡Una experiencia de cliente de alta calidad que merece reconocimiento!

FRAUDE en devoluciones "fuera de plazo"

Me enviaron al transportista para recoger un producto devuelto y cuando lo recibieron en su almacén (no antes) me dicen que ha llegado fuera de plazo y que no me hacen reembolso.
Si quiero recuperarlo tengo que pagar los costes del envío de mi bolsillo.
Creo que si no procede la devolución ya no deberían permitir tramitarla, es decir, ni solicitarlo desde la web ni enviar al transportista. Fatal, no compraré jamás.

Atención de los dependientes en Splau Cornellà (Barcelona) pésima. Falta de respeto, falta de formación. Al pedir hoja de reclamaciones nos dicen que tardará mucho rato para imprimirla. Una burla.
Descuento que desaparece. Encargo que desaparece. Dicen que ellos no son la tienda y no pueden hacer nada ¿No son ellos la cara de la tienda? Sin respeto de te quedan mirando a la cara sin ofrecer soluciones y riéndose del cliente, ignorándolo.

Normalmente tengo una 39, pero al ser online suelo pedir la 40 por si acaso. En este caso la cremallera de los zapatos apenas me ata y me están muy justos. Es una pena porque los zapatos son muy bonitos.