Unicaja opiniones

trámite ágil, sin papeleo físico. Eso es lo que quiero destacar, porque al principio sí funcionó. Pero ahora queremos cerrar las dos cuentas y la experiencia es totalmente distinta. Nos dicen que no se puede hacer online. Nos obligan a ir a una oficina concreta en Huelva. Vivimos en Gran Canaria. Imposible. Hemos escrito correos a la oficina asignada, a atención al cliente, presentamos reclamación. Respuestas pocas; cuando las hay, la solución es la misma: tienes que desplazarte. No aclaran alternativas ni facilitan nada. Ya no sé qué más intentar (estamos en ello, denunciando). Me deja frustrada. Es absurdo que abrir sea tan fácil y cerrar tan difícil. Al final te quedas con una cuenta que no quieres y sin respuestas claras. Muy decepcionante y cansado.

horarios raros para cada trámite, personal que parece moverse de oficina en oficina... vamos, que te toca volver otro día si necesitas más de una cosa. Dicho esto, al menos no perdí dinero ni me liaron con comisiones extra en esa visita, y el chico que estaba en la puerta fue majo, me explicó rápido las opciones, así que algo bueno hubo. Mi plan ahora es ir quitando domiciliaciones poco a poco, cambiarme a otro banco a medida que pueda — consejo: si dependes de ingresar en efectivo, mejor ve con tiempo o usa otra sucursal. En resumen: funciona, pero mal; agradezco que no fuera un desastre total, aunque no pienso quedarme mucho más.

Me decidí a probar la banca de Unicaja después de mucho pensarlo. Tenía dudas serias. Principalmente por los comentarios sobre caídas y por si la app iba a ser fiable en el día a día. La uso para cosas simples. Mirar saldo. Pasar dinero rápido. Pagar recibos. Compro online y controlo domiciliaciones. También reviso movimientos por la noche, cuando tengo tiempo. Al principio pensé en cambiarme de banco por eso mismo. No me gustan las sorpresas cuando necesito pagar algo. Lo pensé varias semanas. Vi opiniones buenas y malas. Al final me apunté.
La experiencia no es perfecta. Lo digo ya. Hay días en que la app abre y funciona como debe. Transfiere, muestra el saldo, me deja confirmar un pago sin drama. Son momentos en los que mis dudas se disipan. Puedo hacer una transferencia en dos minutos. O programar un pago recurrente. Bien.
Pero no todo es estable. Hay cortes puntuales. A veces, sin motivo aparente, la app no carga. Vuelvo a intentarlo y nada. O la web falla cuando necesito el extracto para la contabilidad. Es frustrante. No es algo que pase cada día, pero sí lo suficiente como para que me recuerde que no es infalible. Cuando ocurre me enfado, porque tengo que llamar o esperar. La atención telefónica responde, pero no siempre resuelven rápido. Hay veces en que me atienden y me dan un plazo, y otros en que me lo dejan abierto sin respuesta clara.
En el uso cotidiano cumple. Para gastos diarios y transferencias pequeñas es suficiente. La interfaz no es la más moderna, pero es clara. Los botones están donde intuyes que estarán. Eso facilita el día a día. Aun así echo en falta menos caídas y más consistencia en horas punta. También la banca telefónica funciona, pero con límites. No esperes milagros si hay una migración de sistemas o una actualización grande; ahí se nota.
Mi sensación final es mixta. Mis dudas no desaparecieron del todo. Se redujeron porque veo que la app cumple la mayoría de días. Pero no confío ciegamente. Para gestión diaria y pagos rutinarios la recomiendo con reservas. Si dependes de la app para un negocio que necesita disponibilidad 24/7, yo pensaría dos veces. Para mi vida personal y los pagos habituales, me vale. No es perfecta. Aun así, salvo las caídas puntuales, hace lo que necesito.

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