Xcaret opiniones

los bolsos y pasaportes estaban en el bus y temíamos que nos hubieran dejado. Cuando por fin llegamos lo que esperaba que fuera apoyo fue más bien regaños; los guías —mencionaron Ilse, Cortés y Salvador— nos exigieron una disculpa y nos llamaron la atención, eso me dejó un poco fría. Dicho eso, el bus sí esperó antes a otras personas y nosotras también habíamos esperado sin reclamar, así que la situación me pareció exagerada. También comentar que en los restaurantes había muchas mesas vacías y nos iban cambiando de uno a otro, un poco caótico. Al final todo salió bien y aprendí a pedir indicaciones más fuerte; lo recomiendo con reservas, porque la experiencia fue intensa pero al final disfrutable.

la entrega de la información y la rapidez con la que llegó esa comunicación. Lo raro —y lo que duele— es que la otra parte, la que no debía tener nuestros datos, también los tenía y supo usarlos de forma convincente. Hemos estado días pegados al teléfono, enviando correos y juntando pruebas; la atención al cliente que recibimos fue floja, lenta y poco clara, pero la comunicación automática y las notificaciones llegaron sin problema. Es una mezcla: por un lado llegaba todo puntualmente, por otro lado nadie asumía la responsabilidad ni daba respuestas concretas. He publicado en foros, mandado documentos, hasta nuestra sobrina contó lo mismo; en algunos sitios borraron nuestras entradas y en otros nos ignoraron. No quiero meter pánico, quiero que la gente sepa dos cosas: primero, confirmar siempre directamente con la empresa antes de pagar si algo huele raro; segundo, si te pasa, insiste, guarda todo y pide números de referencia. A mí me deja un regusto de frustración, sí, pero también una sensación curiosa: la logística para enviar mensajes funciona, el resto no tanto. Mi deseo para otros: que el club investigue en serio y que la atención pase de fría a resolutiva. Y si puedes, llama antes de pagar. En fin, comparto para que menos familias pierdan tiempo y dinero.

era para un viaje con mi pareja y mi suegra, algo que llevábamos planeando para desconectar y porque, la verdad, con mi espalda no soportaba mucha caminata, buscaba algo cómodo y sin líos. Tenía dudas, sí, me pregunté si la letra pequeña iba a aparecer, si la elegibilidad sería un filtro extraño, pero me tiró el precio y lo cogí. Grave error, o al menos, eso parece ahora.
Pagué la promoción y solo después me dicen que van a evaluar si califico. ¿En serio? ¿No se hace eso antes de cobrar? Ahí empezaron las contradicciones: me dijeron que no cumplía porque había acompañado antes a otra persona con otra oferta — cosa que nadie me informó antes de pagar — y me ofrecieron mantener la reserva por casi el doble. Me negué y pedí la cancelación y el reembolso, confiando en que era rápido. Me prometieron comprobantes y reembolso "inmediato". Eso fue lo que me dijeron en la primera llamada.
Han pasado ya más de dos semanas. No tengo comprobante, no tengo el dinero, no tengo la reserva. Lo que sí tengo son llamadas frustrantes, correos que parecen copias uno del otro y tiempos de resolución que nunca se cumplen. Te dicen "ya se levantó el reporte" y "lo está viendo el área responsable" y luego la versión cambia en la siguiente llamada. A veces te pasan con supervisores que se comprometen y luego desaparecen: en mi caso hablé con un tal Andrés — dijo que en una semana tendría todo, que me enviaría los folios y me llamaría personalmente. No lo hizo. Y ahora siempre "está en junta" o "no está disponible".
Además del tiempo perdido, la atención ha sido en varios momentos poco profesional. Una representante — María, creo — me cortó, me interrumpió y llegó a decir cosas que no ayudan; no hay empatía, solo guiones que repiten y a veces tratan con condescendencia. Es cansino. Sientes que todo está pensado para desgastarte, que si te rindes ellos ganan y punto.
No digo que todo sea malintencionado, pero la acumulación de fallos y la falta de trazabilidad de procesos parece más una estrategia que un descuido. Yo necesitaba confianza porque en mi situación física y familiar no nos sobra la energía para lidiar con esto. Termino muy decepcionado y con la alerta puesta: si estás tentado por una promo que viene del banco, léete hasta la última coma, insiste en comprobantes antes de pagar y, sobre todo, guarda cada correo. No sé si volveré a intentar con ellos; por ahora lo único que recomiendo es precaución y no confiar ciegamente en promesas telefónicas.

Hice una reserva con Xcaret recientemente para su tour de snorkel y quedé muy satisfecho con la calidad del servicio prestado.