Hoteles Playa Senator opiniones

carrito en disputa, calor de 40 grados y yo tirando de la maleta como si fuera una mudanza express. La piscina, eso sí, salva el día: animación maja, agua limpia (aunque algún azulejo despegado), y los niños encantados, así que al final pasas más tiempo ahí que en la habitación. Lo que me molestó de verdad fue lo de las bolsas de basura: tuvimos que aguantar un olor desagradable porque no había recambios en la habitación, y eso es de lo más básico, no sé cómo lo pasan por alto. En el check-out además hubo un cruce de información entre recepciones sobre pagar en efectivo, un poco caótico. Personal joven, con ganas, pero algo perdido. Salgo con sensación agridulce: la piscina me ganó y la estancia no fue horrible, aunque sí hay detalles sencillos que deberían mejorar.

la terraza no tenía acceso y la silla de la piscina estaba rota. Fue el primer día, así que me quedé un poco en plan “¿en serio?”. El gerente fue muy correcto, palabras amables y todo, pero no solucionó nada y tampoco volvió a llamar pese a que le di mi número. Al final una chica de recepción sí fue simpática y nos echó una mano con los enseres, así que me fui más tranquilo que enfadado. Necesitan mejorar la accesibilidad y el seguimiento.

tenía dudas antes de reservar con esta cadena porque el año pasado me fue bien y no quería repetir un lío, pero al mismo tiempo pensé “bueno, si funcionó antes, ¿por qué no?”. Al hacer la reserva para unos días de feria (fechas claras, tarjeta facilitada) nadie me dijo que era pago inmediato. Un día antes, con bronquitis en casa —de verdad, con antibiógeno y dificultad para hablar— mando por email la baja médica y aviso que pagaré en cuanto pueda, que al día siguiente intento hacerlo. A las pocas horas veo que han cancelado la reserva sin avisar correctamente y sin proponernos alternativa ni mantener el precio. Hice todo lo razonable: datos, tarjeta, justificante, intento de comunicarme, pero me atendieron con poca cordialidad (mencionan a una persona en concreto que fue bastante seco). Me fastidia porque trabajo en atención al cliente y entiendo la presión, pero hay maneras de tratar a la gente, y aquí faltó empatía y profesionalidad. No quiero exagerar: no es desastre absoluto, pero sí deja mal sabor y no calma las dudas que tenía al principio, más bien las confirma. Si buscas flexibilidad o un trato humano cuando algo se tuerce (enfermedad, imprevistos), mejor considerar otras opciones; si para ti es prioridad la firmeza de las condiciones y te aseguras de pagar en 24 horas, quizá no tengas problema. Aún espero una llamada o una solución que no llegó; no me dieron ni una explicación decente ni una oferta alternativa. En resumen: reservas con riesgo y servicio mejorable —mi confianza, por ahora, no se ha recuperado.

admiten mascota y el precio no era alto. Primera impresión al llegar: el hotel parece grande y cuidado por fuera. Todo bien hasta que empezaron las aclaraciones. La agencia me aseguró que podíamos entrar la cena y salir después del almuerzo del domingo. En el hotel la historia cambió: habitación hasta las 12 sí o sí, y si quieres más tiempo te cobran extra. Mal empezamos.
Lo que quiero destacar aquí es el servicio de comedor. Fue lo que más me molestó. Colas por cualquier cosa. Incluidas las patatas fritas. En serio, hacer cola para las patatas es absurdo. Te sirven las bebidas lentísimo, así que prácticamente no bebes más de uno o dos refrescos por comida. En un todo incluido esperaba otra fluidez. Además, las botellas de agua que traían estaban abiertas. No es agradable y te hace dudar. Los “cubatas” eran muy ligeros; mucho refresco y poco alcohol. Si buscas beberte algo de calidad, no es el sitio.
Hubo cosas buenas a ratos. Algunos empleados fueron amables y atentos. La niña se lo pasó bien y eso cuenta mucho. La perra estuvo aceptada pero con suplemento: limpieza y un pequeño cargo diario. Eso lo sabía y lo asumí, pero la comunicación entre agencia y hotel fue pésima. Te prometen una cosa y luego no la cumplen.
En resumen: finca bonita, precio tentador, pero la experiencia se queda corta por la organización en comedor y la política de horarios. Si vas con peques quizá compense porque ellos disfrutan, pero no repetiría por mi parte. Me supo a poco. Un punto positivo: personal majo en algunos turnos. Un punto negativo grande: falta de coordinación y servicio lento en comidas.

ubicación perfecta. Llegas y la playa está a cinco minutos andando. El centro también. Eso te cambia el plan de la mañana sin pensarlo. El hotel parece nuevo. Eso ayuda. Por eso me animé a reservar la Suite con servicio Royal. Pensé: bien, vale la pena probarlo. Al final me llevé sensaciones a medias, pero me alegro de no haber escogido otra cosa peor, así que eso ya cuenta como punto positivo.

un check-in con poca coordinación entre la central y el hotel, y una actitud por parte de la dirección que no ayudó. No quiero dramatizar, pero la sensación fue de que nos recibieron con desgana y, en algún momento, con indiferencia; fruto de eso, la primera media hora fue bastante incómoda. Dicho esto, en cuanto a la experiencia de uso —lo que me importa más— la habitación funcionó muy bien para lo básico. Las camas eran cómodas, la ropa de cama se sentía bien al contacto, el aislamiento de la ventana dejó la calle fuera y la climatización por conductos era silenciosa y eficaz: dormí mejor de lo que esperaba. La limpieza también estaba a la altura en lo que se ve a simple vista, y la distribución es práctica, nada lujoso pero sí pensado para descansar. Empecé a usarla esa misma noche y la impresión inicial fue de alivio: el cuarto compensó el mal trago del lobby. Donde sí hubo problemas fue en la oferta gastronómica. El buffet, en mi opinión, tenía problemas organizativos serios: platos fríos servidos como si fueran calientes, falta de carteles que indiquen ingredientes —algo importante si tienes intolerancias— y una sensación de improvisación en la cocina. Hubo una situación concreta que me dejó inquieto: se ofreció marisco que parecía poco cocinado y el personal de cocina animaba a probarlo sin aclarar nada; afortunadamente algunos camareros sí mostraron profesionalidad y paciencia, pero la cocina no transmite confianza, especialmente para quien necesita saber qué come. En cuanto a los servicios comunes, el hotel no está mal si vas en temporada baja —cuando fuimos nosotros, no estaba lleno y se notó—; deduzco que con afluencia completa habrá colas y aglomeraciones. La animación es modesta pero eficaz: con poco presupuesto lograron cosas entretenidas y la banda en la noche me pareció competente. El todo incluido que contratamos resultó, en la práctica, con bastantes suplementos; a poco que entres con expectativas estrictas, te decepciona porque no es tan “todo” como promete. Por otro lado, bar y personal de barra en general fueron agradables y serviciales, nos sacaron alguna sonrisa en días complicados. En resumen: el hotel no es una estafa total ni un desastre absoluto. Hay elementos que funcionan muy bien —la habitación, el descanso— y otros que necesitan mejora urgente —gestión de reservas, seguridad alimentaria y claridad en el todo incluido—. No creo que vuelva bajo las mismas condiciones, al menos no sin garantías sobre cómo tratan a los clientes a la llegada y sin ver una cocina más controlada.

Experiencia super negativa ,PESIMA ,no es un hotel de 4...es un HOSTAL ,viejo ,sucio, comida insipida,te cobran hasta por respirar, tienes mascota 25+7 e, quieres una mejor habitación y no la estándar según ellos, vieja, pequeña y vergonzosa +45e, que hay hostales que las tienen mejor, quieres salir mas tarde de las 12h+45e, van de sobrados porque tienen los toboganes que es lo único que vale del hotel ,cadena Senator la pagas nada económico ,cuando estas pagando casi 400e de una noche ,gran estafa ,ESO SIIIII SUPER DETALLISTAS SI ES TU ANIVERSARIO DE BODA, ni el mínimo detalle , si nos hubiéramos hospedado en un HOSTAL seguro que mas detalles hubieran tenido ,PATETICA CADENA HOTELERA, jamas me hospedare en un SENATOR.
Menos mal que hoy por hoy puedes dar opinión para poder avisar a la gente, porque así muchas cosas no pasarian ,espero que hos sirva de consejo .SALUDOS.

He estado en playa Cartaya desde el 1 al 9 de septiembre y vengo muy defraudado. Todo lo q nos vendieron es mentira. Somos clientes asiduos de la cadena playa senator siempre vamos dos parejas con un niño cada una y hemos estado 8 años o más en vuestros hoteles pero no sé si volveremos a hacerlo.
En primer lugar al llegar a la habitación, limpieza mínima y nada de desinfección por ozono ni precinto de la puerta a tu llegada, desde el primer día había una etiqueta en el suelo y allí lo dejamos para ver si lo quitaban y nos vinimos y allí la dejamos.
Nada de guardar distancia en comedores ni zonas comunes porque era imposible de la cantidad de gente que había, mínimo un 100 por cien y nos vendieron máximo 70 por ciento. Colas enormes para pedir cualquier cosa en bar salón o kiosko de piscinas. Tan solo dos días antes de venirnos abrieron otro chiringuito en zonas piscina pero las colas seguían siendo enormes. En bar salón no se podía estar de noche porque se quedaba pequeño para la gente que había e incluso una noche fue la guardia civil para llamar la atención después de varias denuncias de clientes y muchísimas hojas de reclamaciones...
Faltaba de todo patatas, zumo y pan para desayuno, patatas fritas a las 3 de la tarde, helados... Increíble jamás pensé que pasaría esto después de estar todo el verano evitando aglomeraciones en casa.
El pub cerrado, el mínimo de personal...
Eso sí decir que el personal de animación y los camareros de kiosko y chiringuito piscinas y de bar salón increíbles, siempre atentos e intentando que todo fuera lo mejor para nosotros después de estar ellos saturados de trabajo. Ahhh en la zona de piscina y toboganes poco control de seguridad ya que había muy poco personal de socorrismo y muchísima gente q controlar, pero los socorristas que habia hacían lo mejor que podia su trabajo.
En definitiva no sé si volvere a ir a vuestros hoteles ya que la confianza que tenía depositada en vosotros la hemos perdido con esta mala experiencia.