Transavia opiniones

los asientos cómodos, la tripulación cercana y todo puntual. Fue un viaje sencillo y agradable, ojo que repetiré.

Al facturar en Schiphol me clavaron 60€ por una mochila grande (sin ruedas), eso me dejó mosqueado; en el vuelo de ida Sevilla–Ámsterdam la misma mochila entró gratis en cabina. Fue un viaje corto, el vuelo puntual y la tripulación maja, aunque la política de precios es injusta.

que era tema del aeropuerto, que tenía que rellenar un formulario, que llamase a otros números (que no funcionaban). Al final resultó que la propia compañía tiene un departamento de objetos perdidos y tuve que presentarme allí. Recuperé el portátil, eso sí, pero la gestión fue lenta, poco empática y desorganizada. Mi consejo: id directo a objetos perdidos si podéis.

Un colega me había dicho que volara con ellos, y bueno, fue la primera vez que probé. Al bajar del avión la maleta estaba destrozada, un desastre. Lo bueno —y lo único que me calmó un poco— fue cuando en el aeropuerto el empleado abrió un expediente y escribió que la maleta era inservible; en ese momento pensé “vale, al menos queda constancia”. Después de un mes de espera nos ofrecen un vale de 40€ porque no tenemos factura, y eso me dejó frío, la verdad. Me molestó que pareciera que les da igual; al final agradecí la atención puntual del chico del mostrador, pero por lo demás sigo pensando que podrían haberlo gestionado mejor.

cancelado y nos meten en uno que llega de noche. Hoy otra cancelación y otra hora aún peor, así que tuve que rechazarla porque con un niño no es plan de ir dando vueltas a las 23:00. Me ofrecieron también una salida por la mañana, pero eso implica perder un día entero de colegio y curro. Me fastidia que cambien tanto con tanta antelación; da la sensación de que hasta noviembre pueden seguir moviéndolo. Dicho esto, agradezco que al menos hayan ofrecido alternativas y contesten los correos; se nota que intentan arreglarlo, aunque deberían hacerlo mejor.

estuvimos mucho tiempo en el avión sin aire acondicionado, moviéndonos de sitio en la pista, y la temperatura subía y subía. Hubo intentos por parte del personal de explicar la situación —al menos eso se agradece— pero la solución fue poca: nos dieron vasos de agua a medias y, bueno, no llegó para todos. A las tantas nos cancelaron el vuelo y nos bajaron para meternos luego en un autobús que ni se movía, o sea, todo muy caótico. Me mandaron un correo diciendo que podía comprar otro billete y que me lo reembolsarían, pero la ventanilla estaba cerrada cuando fui y no tuve forma de gestionar nada allí mismo.
Al final compré muy rápido otro billete para Málaga a las 5 de la madrugada porque era fin de semana y no había más opciones, y eso me salvó; a pesar del estrés, logré llegar a destino. Llevo reclamando la compensación y aún no hay respuesta clara, así que esa parte sigue abierta. En resumen: tuve muchos problemas que confirmaron mis dudas iniciales, pero también aprendí a moverme rápido y hubo momentos en los que el personal intentó ayudar, aunque no fue suficiente. Me quedo con una sensación agridulce: me molestó el trato y la falta de organización, pero al menos conseguí volver a casa. No la recomendaría si buscas fiabilidad absoluta, aunque supongo que se puede tener suerte alguna vez.

me tuvieron esperando y la chica con la que hablé fue bastante tosca, sí, sin rodeos. Me pidieron 70 euros por una maleta de mano de unos 10 kg y me quedé en plan “¿en serio?”. Justo cuando ya estaba cabreado y pensando en otras compañías (he tenido peores experiencias con otras aerolíneas, eso sí), apareció otra persona del mostrador que cambió el tono por completo. Me miró, escuchó, y al final me ofreció una solución inesperada: redujeron el cargo y me dieron un vale pequeño por la espera. No fue perfecto, pero ese gesto me sorprendió y me dejó con mejor impresión de la compañía de la que salí, la verdad. Lo cuento como consejo: si te pasa algo así, pide hablar con otra persona; a veces hay un segundo agente que sí ayuda. En resumen, la gestión del equipaje y el precio fue caótica al principio, pero el final fue bastante amable y eso marcó la diferencia. Me fui contento, sorprendido de forma positiva.

En check in de Aeropuerto Ámsterdam, me han cobrado 60 €, por una mochila grande, sin ruedas. En vuelo ida Sevilla-Ámsterdam, esta mochila fue permitida en cabina, sin coste, gratis. Me parece una vergüenza y un abuso. Por esta mala experiencia, no volveré a utilizar los servicios de Transavia.

Muy contento con la atención recibida.