I. García

no podía pagar las dos a la vez y tuve que dividir el pedido, llamando varias veces. Lo típico, esperas y te dicen que mandan emails, que lo miran, y al cabo de días sigues igual. El colchón salió, o eso decían, pero nadie sabía dónde estaba; volvías a llamar, esperabas 72 horas, o bueno, eso dijeron, y nada claro. Me cansé y anulé la compra. Aquí viene lo raro: al cabo de unas semanas vi el reembolso en mi cuenta, y además recibí un correo con una explicación mínima y una pequeña compensación. Fue un alivio, sí, me sorprendió incluso, porque suelo tener otras malas experiencias con tiendas grandes y esto casi siempre queda en nada. El momento en que supe que estaba satisfecho fue ese: no cuando prometieron cosas, sino cuando apareció el dinero y hubo una nota clara, aunque breve. No fue perfecto, hubo mucho tiempo perdido, pero ese ingreso y el mensaje simple cerraron el ciclo. Lo recomendaría con reservas.