Loera

no es perfecto, pero tiene cosas que valen la pena. Los pilotos salvaron la papeleta y los horarios se cumplieron, así que en ese sentido salgo contento. Dicho eso, hubo detalles que me dejaron pensando y que espero mejoren. Reservé un ida y vuelta para dos y no me pareció tan "low cost" como prometen, el precio subió más de lo esperado y eso te frustra un poco. En el vuelo de vuelta la atención en cabina fue… rara: empezaron a repartir comida desde la mitad y a nosotros, que íbamos en primera fila, nos dijeron que ya no quedaba lo que queríamos. Tres bocadillos para un avión grande me pareció poco realista. Los asientos son duros y las máquinas parecen de otra época, eso no da mucha confianza, aunque tampoco pasó nada grave. Lo bueno: los pilotos recuperaron tiempo y aterrizaron muy suaves, eso se agradece y calma bastante. Mi consejo: si encuentras una oferta real y priorizas timing y aterrizajes suaves, prueba; si buscas comodidad total, yo miraría otras opciones. Ojalá mejoren la logística de comida y los asientos pronto.